“El cambio de paradigma no se da sólo en las esferas de los tomadores de decisión a nivel nacional o internacional”
Christopher Anderson, académico asociado de IIBPES
“Las especies invasoras exóticas son uno de los cinco principales impulsores de la pérdida de biodiversidad”. La sentencia, hizo noticia hace unas semanas como parte del informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Ecológica y Servicios de los ecosistemas (IPBES).
El IPBES es una institución multilateral conformada por los gobiernos. Se creó en el año 2012 para agrupar los países que tenían interés en abordar la relación entre el conocimiento y las normativas respecto a temas de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Es una plataforma que vincula a los países y sus necesidades a través de informes y acciones, que sintetiza y acumula información para ponerla a disposición.
El Biólogo y Doctor en Ecología Evolutiva Christopher Anderson, es asociado de IPBES y “comenta que fue concebida como una plataforma para vincular la ciencia con la toma de decisiones, pero en realidad es el conocimiento, no es la ciencia solamente. La ciencia es una forma de conocimiento y se han justamente generado mecanismos para valorar no sólo el conocimiento indígena, sino que también el conocimiento local, que tiene prácticas y saberes ancestrales de sus territorios”, señala el académico, que fue invitado en el marco de un proyecto Fondecy que encabeza el doctor Cristóbal Pizarro P, subdirector del Proyecto Campus Naturaleza Universidad de Concepción e investigador principal del Laboratorio de Estudios del Antropoceno.
Cambio de paradigmas
“Las aletas de un pingüino son similares a las de un pez, no porque comparten genética, sino porque resolvieron el mismo problema de la misma manera; como que la evolución a veces te lleva a la misma solución por distintas líneas”. Evolución convergente, es el concepto que utiliza Anderson para referirse a lo alentador que es identificar el cambio de paradigma actual que se da en distintas áreas, el que integra al ser humano con el entorno natural.
Este aspecto no siempre fue así. “El cambio de paradigma es algo relativamente nuevo; incluso la mayoría de las políticas públicas hoy en día de conservación siguen concibiendo la naturaleza como algo que tenemos que proteger, pero también excluir del ser humano. Incluso en una de las reuniones hace unos años, el gobierno de Estados Unidos, en este caso representado por la administración de Trump, objetaba que cuando se hablaba de biodiversidad se hablaba también de cuestiones sociales, decían que lo social no tiene nada que ver, porqué estamos hablando de equidad social”, recuerda el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas CONICET y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, ambos ubicados en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina.
Luego de tu arribo a Concepción ¿crees que el proyecto Campus Naturaleza de relaciona con estos nuevos paradigmas que mencionaste anteriormente?
“Sí, para mí es totalmente coincidente. En este caso, demuestra que este cambio de paradigma no es solo en las esferas de los tomadores de decisión a nivel nacional o internacional, sino también a nivel local y no siempre por las mismas causas. La integración de la naturaleza como parte del campus (Campus Patrimonial UdeC), como parte de la ciudad o como parte de la salud, es una cuestión de unificación que se puede ver donde uno vaya”.
Agrega “que es una reconceptualización de que la naturaleza es una ayuda para conseguir las metas y no un estorbo. Y bueno, aquí pasa exactamente lo mismo. Donde uno vaya básicamente se ve eso y en todas esas esferas, desde lo económico hasta lo cultural; ya no es la visión simple de conservacionistas abrazando árboles, sino que son conocimientos que se están tomando en cuenta en todos los niveles. Para algunos es una cuestión económica, para otros por la salud que está cada vez más vigente, o la reivindicación cultural, pero lo más importante, es que las tomas de decisiones se democratizan, por distintas razones.
Campus Naturaleza Universidad de Concepción, es una iniciativa inédita a nivel nacional. En el actual contexto de cambio climático, el proyecto pone a la naturaleza como brújula de sus acciones.
El objetivo es la conservación de áreas de alto valor de biodiversidad, en donde se ejecutarán acciones de restauración ecológica e investigación científica. Además, en el futuro, la comunidad tendrá un rol relevante, al ser partícipe de actividades de cultura, educación y recreación.